domingo, 21 de abril de 2013

Zonas Arqueológicas




·  Zona arqueológica Tancama
A tan sólo 15 minutos de Jalpan de la Serra podrás presenciar la apertura de la primera filiación huasteca que se abre en el estado, y la sexta zona arqueológica que se abre en este sexenio.
Tancama significa en lengua Huasteca "Cerro de Fuego" o "Lugar de Pedernal" y abarca 3.6 hectáreas.
Esta zona integrada por sus tres plazas a desnivel, es testigo durante el solsticio de invierno cuando el sol se alinea con la cima del Cerro Alto. El lugar contó con un clima artificial creado en la época prehispánica para emular una montaña aledaña.



Zona Arqueológica El Cerrito
El Cerrito cuenta con estructuras de plazas, altares y pequeños basamentos rectangulares, edificados sobre afloramientos rocosos.
Construido durante el auge de Teotihuacán, El Cerrito funcionó como asiento del poder político y religioso desde el año 400 d.C. hasta la llegada de los españoles, quienes se apropiaron de su valor simbólico.
Su etapa de mayor renombre coincide con el esplendor e influencia tolteca, de la que se han encontrado numerosos ejemplos como columnas antropomorfas al estilo de los atlantes y esculturas de Chac Mool que todavía se encontraban en el sitio durante la época del virreinato. También se han encontrado importantes vestigios como esculturas, lápidas, glifos, calendarios y diversas figurillas.





 


 



Zona Arqueológica Las Ranas

Al inicio de la Sierra Gorda queretana y sólo a tres kilómetros del antiguo pueblo minero de San Joaquín, se encuentran, en la parte superior de dos cerros y con una vista privilegiada, las ruinas de una ciudad prehispánica que fue erigida y habitada entre los años 600 y 1000 d.C. Junto con su ciudad hermana, Toluquilla, Ranas fue un importante centro de control religioso, político y económico. Desde el siglo XVI fue ocupada por los chichimecas hasta la colonización española.Ranas es un mirador arqueológico con una vista envidiable. A una altura de 2,400 metros sobre el nivel del mar, la zona está conformada por tres juegos de pelota alineados sobre un eje central y estructuras ceremoniales circulares. Disfruta de este sitio arqueológico y de su altura para sacar la cámara y dejar fluir tu creatividad fotográfica









Zona Arqueológica Toluquilla.

 
Poco antes de llegar al pueblo minero de San Joaquín, sobre la loma de uno de los cerros más altos de la región, se encuentran las ruinas de una importante ciudad prehispánica: Toluquilla, palabra que significa, en náhuatl, «cerro jorobado».
La ciudad se conoció públicamente en 1872 por varios ingenieros en busca de minas en la región. La primera apreciación del lugar fue como una ciudad-fortaleza con murallas, atalayas y trincheras. Al final se interpretó que las murallas eran solamente muros de contención, las atalayas sólo templos y las trincheras los paramentos de las canchas de los juegos de pelota.
El estado de conservación de estas ruinas es excepcional: se pueden apreciar, entre un frondoso bosque, escalinatas, corredores, conjuntos habitacionales, muros con altura de más de dos metros y dos juegos de pelota que se erigen como vértices del sitio, pues toda la traza urbana gira en torno a estos espacios que se adaptan fielmente a la topografía del cerro.
El sitio se divide en lo siguiente: Vestíbulo, Juego de Pelota I, El templo principal o edificio 15, Área habitacional, Magueyera, Juego de Pelota II, El templo o edificio 57 y la zona sur que permanece restringida a visitas, ya que no se han realizado trabajos en esa área y los edificios se hallan todavía cubiertos de escombros.
 



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